jueves, 7 de marzo de 2013

Prólogo 4


Para cuando leáis este presuntuoso prólogo de esta simpar revista, con toda probabilidad el camarlengo vaticano ya habrá pronunciado las palabras que con tanto interés esperamos: “habemus papam”. Primero quemarán la hierba seca, pero antes de eso, consultarán las profecías de San Malaquías (santo medieval que elaboró la lista de Papas desde su tiempo hasta la llegada del fin del mundo) para adecuar su elección a lo escrito tanto tiempo atrás.

La lista de Malaquías finaliza en el número 112 que es el correspondiente al próximo Papa. No hay más Papas en la lista. El número 110, “De labore solis”, se correspondía con Juan Pablo II mientras que el 111, “Gloria Olivae”, era Benedicto XVI. El último será “Petrus Romanus” durante cuyo reinado llegará el final de los tiempos. Este es como todo; habrá gente que se lo crea y gente que no. Las profecías se pueden interpretar de muchas formas, sobre todo para intentar ajustar la realidad a lo escrito, pero ya veréis qué risa cuando un Papa italiano salga al balcón del Vaticano y anuncie que tomara el nombre de Pedro, el primero de los Papas, la piedra sobre la que se edificó la iglesia.

Para Nostradamus el último Papa será el Papa negro, el papa oscuro. Algunos pensaron que podía referirse a Barack Obama en su papel de líder mundial omnipotente. Si juntamos las profecías de uno y de otro en una cocktelera, agitamos y servimos, obtenemos un licor explosivo.

Ya sabéis que el objetivo prioritario de esta revista es no dejaros dormir tranquilos, y en esa búsqueda incansable Benedicto nos lo ha puesto a huevo este mes.

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