Conversación susurrada entre Poncio
“el santurrón” Y el soldado redivivo que exige
manumisión.
por Carlos Rodón.
Ilustración, Carlos Rodón |
La guerra es
de esos asuntos de los que no suelto prenda.
Si por
suerte sobrevives, entonces, mejor callar.
Por mor de
no despertar fantasmas de la contienda.
Aunque a
veces sin más causa los tengas que soportar.
¿Dónde está
el honor ganado?
¿Dónde yaz
la gloria aquella?
¿Dónde quedó
la victoria?
¿Dónde
guardé la botella?
Detén este desconsuelo
que en mi alma has horadado.
“Entiende que así ha de ser el castigo
de un malvado”
¿Castigo,
por qué, por Dios?
“Por haberme asesinado”
“Por dejar mi cuerpo inerte en aquél
lecho embarrado”
Habitas
entre las sombras, sin conseguir comprender.
Que a ello
me vi obligado, sin encontrar más salida.
Eras mi
amigo, mi hermano, pero tuve que escoger…
“…Y así salvaste la vida”
Y así la
vida salvé.
No
interrumpas sombra impía, detén ese verbo infecto…
“…Vida que no mereciste,
vida que me pertenece”
“Vida que vives por mí,
desde aquél martes y trece”
De saber que
volverías otro hubiera sido el cuento…
La guerra ya terminó, has de ausentarte
de aquí.
Marcha,
libérate al fin y déjame en mi agonía.
“¿Agonía dices, necio? Para agonía la mía”
“Que he de seguir a tu lado hasta que
acaben tus días”
“Viendo como comes, gozas, bebes, ríes y porfías”
De una
suerte maldecida…
”De una suerte que era mía”
Calla bellaco,
te digo, cierra esa boca de arpía.
“Échale otro tronco al fuego,
que la noche quedó fría”
Maldito
fantasma infiel, maldigo tu ser cien veces.
Al menos
bribón no puedes arrebatarme la vida.
Ni beber de
mi botella, ni comer de mi comida.
“Tú ríe, maldito, ríe. Que cuando llegue el momento”
“Y en singular travesía arrebataré el
calor”
“Que en tu interior es sustento”
“Arrastrándote al rincón más frío del
firmamento”
No tendrás
tal ocasión pues estoy en el intento.
De conseguir
que te marches rezando a Dios en silencio.
“Tu Dios nada puede aquí, tu bajeza es mi alimento”
“Y por mucho que le reces,
no escuchará tu lamento”
“Abre pues la puerta ahora,
han llegado las rameras”
“Estaré ligado a ti cuando retoces con
ellas”
“Nunca has de liberar mi soplo de tu
pescuezo”
“Fornicaré con tu pene y gozaré con tu
aliento”
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