Lunático, Opoxun Kuchiki Rose
Ilustración, Carlos Rodón
prohibido ardiente,
incandescente caía
por mis manos.
"Ya está hecho,
ya todo pasó
¿Sirve de algo
guardarme rencor?"
Atónito estaba yo
Con los pies en el suelo
mirando arriba en busca
de mi mente
perdida segundos atrás.
Mis ojos, sorprendidos
miraron a mis dedos
que obligaban a mi lengua
avanzar hacia ellos,
pasivamente,
con precisión y elegancia.
En penumbra noté,
como los cristales
que abrazaban mi piel
se unían a mí
rasgándome en pedazos.
"Qué más da, ¡Esta sensación caliente,
fría, viva, marchita, esta sensación,
muero por hacerla eterna!"
Aquella triste noche no la olvidaré nunca
y tampoco lo haréis vosotros.
Pues me encontraréis,
tarde o temprano sonriente,
mirando hacia la luna.
Ella tiene la culpa de todo.
Niña mía, soberbio, intenso. Cada día me sorprendes y es tan agradable
ResponderEliminar