¡¡¡Conejitooooo!!!, Ana Arranz
La plaga se había
extendido por todo el país. Demasiados ensayos genéticos habían llevado a
muchos seres vivos a la mutación. Las zanahorias ya habían atacado a varios
niños pequeños. Habían adquirido conciencia de lo que eran y de lo que les
habían hecho y ahora clamaban venganza.
El pobre conejito no intuía
lo que le acechaba. Ese dulce, tierno y, ¿por qué no decirlo?, mmmm…. sabroso
conejito no sabía que ella se encontraba a su espalda. Se acercó sin hacer
ruido deslizándose, arrastrándose, acortando la distancia con el animalito.
Suave, pequeño… delicioso. La hortaliza casi se relamía anticipando el sabor
del pequeño mamífero. Sus raíces rozaron el suelo provocando un murmullo. El pequeño
levantó sus orejitas. La planta susurro:
- ¡¡¡Conejjjjiiiiitooooooo….!!!
Este la miró con sus ojillos,
movió la naricita… y devoró a la zanahoria mutante.
Recuerda, nunca
subestimes a un conejito zombi.
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