miércoles, 17 de julio de 2013

¡¡¡Conejitooooo!!!, Ana Arranz


La plaga se había extendido por todo el país. Demasiados ensayos genéticos habían llevado a muchos seres vivos a la mutación. Las zanahorias ya habían atacado a varios niños pequeños. Habían adquirido conciencia de lo que eran y de lo que les habían hecho y ahora clamaban venganza.
El pobre conejito no intuía lo que le acechaba. Ese dulce, tierno y, ¿por qué no decirlo?, mmmm…. sabroso conejito no sabía que ella se encontraba a su espalda. Se acercó sin hacer ruido deslizándose, arrastrándose, acortando la distancia con el animalito. Suave, pequeño… delicioso. La hortaliza casi se relamía anticipando el sabor del pequeño mamífero. Sus raíces rozaron el suelo provocando un murmullo. El pequeño levantó sus orejitas. La planta susurro:
- ¡¡¡Conejjjjiiiiitooooooo….!!!
Este la miró con sus ojillos, movió la naricita… y devoró a la zanahoria mutante.
Recuerda, nunca subestimes a un conejito zombi.

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