Para
cuando leáis este presuntuoso prólogo de esta simpar revista, con toda
probabilidad el camarlengo vaticano ya habrá pronunciado las palabras que con
tanto interés esperamos: “habemus papam”.
Primero quemarán la hierba seca, pero antes de eso, consultarán las profecías
de San Malaquías (santo medieval que elaboró la lista de Papas desde su tiempo
hasta la llegada del fin del mundo) para adecuar su elección a lo escrito tanto
tiempo atrás.
La
lista de Malaquías finaliza en el número 112 que es el correspondiente al
próximo Papa. No hay más Papas en la lista. El número 110, “De labore solis”,
se correspondía con Juan Pablo II mientras que el 111, “Gloria Olivae”, era
Benedicto XVI. El último será “Petrus Romanus” durante cuyo reinado llegará el
final de los tiempos. Este es como todo; habrá gente que se lo crea y gente que
no. Las profecías se pueden interpretar de muchas formas, sobre todo para
intentar ajustar la realidad a lo escrito, pero ya veréis qué risa cuando un Papa
italiano salga al balcón del Vaticano y anuncie que tomara el nombre de Pedro,
el primero de los Papas, la piedra sobre la que se edificó la iglesia.
Para
Nostradamus el último Papa será el Papa negro, el papa oscuro. Algunos pensaron
que podía referirse a Barack Obama en su papel de líder mundial omnipotente. Si
juntamos las profecías de uno y de otro en una cocktelera, agitamos y servimos,
obtenemos un licor explosivo.
Ya
sabéis que el objetivo prioritario de esta revista es no dejaros dormir
tranquilos, y en esa búsqueda incansable Benedicto nos lo ha puesto a huevo
este mes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario