Ilustración: Carlos Rodón
De Corazón.
Cuando me hallo perdido siempre busco un corazón
sin saber por qué moción indago en sus cavidades
visitando los lugares que le dan vida al amor
sin encontrar nada en ellos que merezcan mi pasión.
De su almohadilla ventral quisiera beber, y bebo
saboreando la escoria almacenada con celo
del pericardio sangrante que se encerraba en tu pecho.
Dejo secas por capricho válvulas aorta y mitral
de un ventrículo ordinario que carece de moral
en la aurícula primaria de mi instinto criminal.
Yo codicio tu endocardio, inhalar su pura esencia
pero dudo que lo fosco que reside en mi interior
me ofrezca nunca esa gracia para apreciar su sabor.
Sucumbo ante los instintos más puros de la mujer
cada vez que siento el ansia de volverme a enamorar
indagando en la textura del órgano que profano
sintiendo así el calor más puro del ser humano.
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