A través de mis ojos, Angye Sin Más
Ilustración, Angye Sin Más |
Sumida en un
profundo sueño, no puedo dejar de tener horribles pesadillas noche tras noche,
me despierto asustada, envuelta en sudor, temblorosa, aterrorizada…, parece
todo tan real, en mis “sueños” siempre aparecen las mismas personas, con las
vestiduras ensangrentadas, me rodean, se acercan a mí amenazantes.., intento
mirar sus rostros y cual es mi sorpresa?, ¡no tienen ojos! ...Pero mi sensación
es que me miran fijamente, siempre repiten la misma frase:
-“Tú eres la
que nos ha traído hasta aquí…”
Esas son sus
únicas palabras, intento hablar con ellos pero me es imposible, no me sale la
voz, es como si algo me dejara inmóvil y no pudiera hacer nada, es una
sensación horrible.
Cada día me da
más miedo que llegue la noche, es temor a quedar dormida, pero al mismo tiempo
pienso que son tonterías, pesadillas tontas que se tienen, así que llegó la
hora de meterse en la cama e intentar descansar.
Como era de
suponer otra noche acompañada por las mismas “personas”, la misma situación, el
mismo lugar, pero hay una novedad…, la frase que me repiten ha cambiado un
poco, lo que todavía me hace ponerme más nerviosa.
-“Tú eres la
que nos ha traído hasta aquí y lo vas a pagar caro…, darás por nosotros algo
muy valioso para ti…”
De repente
despierto gracias a la alarma de mi radio despertador, no quiero pensar en
nada, simplemente me doy mi ducha diaria, cojo mis cosas y salgo para el
trabajo, me noto realmente nerviosa, pero esto no puede afectar a mi vida real,
al fin y al cabo, sólo son unas pesadillas tontas como las que puede tener
cualquier persona.
El día
transcurre bien, hago mi jornada y es la hora de regresar a casa, ya son las 10
de la noche, voy caminando hasta la parada del bus que cojo todos los días,
parece que hoy está tardando un poquito en llegar, estoy en un barrio no muy
concurrido y ya empieza a anochecer…, menos mal que se acercan dos personas
para coger el mismo bus, eso hace que me relaje un poco, les saludo con educación:
-Hola, buenas
noches.
Ninguno de
ellos me responde, que antipáticos!!!, son unas personas un poco extrañas, noto
como me miran de arriba abajo, me empiezo a sentir un poco incómoda…, al final
parece ser que deciden hablar…
-“Tú nos has
traído hasta aquí…”
No dejo que
terminen la frase, simplemente les miro aterrorizada, levanto mi mirada y lo
que veo solo me hace pensar en escapar, correr hacia no sé donde…, van vestidos
con ropas negras antiguas, y su rostro es lo que me hace sentir un escalofrío por
todo el cuerpo. ¡Carecen de ojos!
Pienso.., ¿me
estaré volviendo loca?, ¿será todo producto de mi imaginación?, me siento
realmente asustada, salgo despavorida y me meto en un garito que veo tratando
de ponerme a salvo, me acerco a la barra para pedir una botella de agua y
tratar de relajarme un poco…, se acerca el camarero y es como si no me
escuchara, solo me sonríe de una forma rara, su cara no me es desconocida, así
que le pregunto si nos conocemos de algo…, su respuesta me deja paralizada:
-“Claro que nos
conocemos, te conozco yo, y todos los clientes que están aquí acompañándonos…”
Rápidamente me
doy la vuelta y veo un gran número de personas riendo a carcajadas y repitiendo
una y otra vez las mismas palabras a la vez. ¡La frase maldita!
No puedo más,
siento que me ahogo, mi mente bloqueada, lo único que veo que puedo hacer es
volver a salir corriendo y buscar la ayuda de alguien, así que no pierdo más
tiempo y salgo del bar a toda prisa, ya es de noche, pero algo me tranquiliza
un poco…, por lo general éste barrio es muy solitario pero hoy parece ser que a
la gente le ha dado por salir a la calle a pasear y airearse un poco…, ya me
siento mejor, todo parece volver a la normalidad.
Me meto entre
la multitud tratando de resguardarme y encontrar un momento de tranquilidad,
pensar que mi imaginación me ha jugado una mala pasada y ya está…, pero hay un
momento en el que noto algo raro, la gente empieza a acercarse a mí y rodearme
de una forma un tanto extraña, intento seguir mi camino pero hacen un cerco para
impedir que salga de allí, comienzo a ponerme muy nerviosa de nuevo, intento
escapar pero me es imposible, así que decido quedarme quieta, miro a mi
alrededor y, ¿qué es lo que ven mis ojos?, no puede ser, si todo esto es una
broma es de muy mal gusto.
Todas esas
personas van vestidas igual, se mueven de la misma forma, y por desgracia todas
tienen la misma voz que susurra una frase…
-“Tú nos has
traído hasta aquí y llegó la hora de que te unas a nosotros, solamente hay una
regla que te ayudaremos a cumplir, por fin podremos ver todos unidos la
realidad a través de tus ojos…”
No entiendo
nada, intento preguntarles y que me den respuestas, pero quedo paralizada y soy
incapaz de hacer nada…, se acercan a mí cada vez más, uno de ellos camina
delante de todos los demás, lo tengo solo a un metro de distancia, me doy
cuenta de que en su mano lleva una especie de cuchillo pequeño, los demás,
solamente repiten esa puta frase una vez tras otra…,
¿Pero, qué es
lo que quieren de mí? ¿Qué van a hacer conmigo? ¡Esto es una locura!
De nada sirven
mis lamentos, de repente noto como alguien me estira del cabello, es la persona
que tiene esa pequeña arma blanca con la que casi me está rozando los párpados,
me sonríe, y sin más pérdida de tiempo siento un gran dolor, caigo desvanecida
en medio de la calle, no recuerdo nada más.
Hoy es un nuevo
día, despierto como siempre y creo que todo ha sido una pesadilla de tantas…,
pero intento abrir mis ojos y no puedo, no vea nada, me asusto y miro de
incorporarme de la cama, noto una mano que me empuja para no dejar que me
mueva, pero... ¿Quién es ésta persona?, no es el olor de mi habitación, más
bien diría yo que es el aroma característico de un hospital, una clínica…
-¿Dónde estoy?
¿Qué me pasa? ¿Quién es usted?
La persona que
me acompaña decide hablar…
-Estás en un
hospital, todo ha sido real, has sufrido un pequeño accidente, a partir de
ahora no podrás volver a ver jamás, tus ojos ya no forman parte de ti…, ahora
forman parte de todos nosotros, tú nos trajiste a través de tus sueños y ahora
vivirás en nuestro mundo donde una mirada vale más que cualquier palabra,
aprenderás a vivir sin ellos…
Me ha dejado los pelos de punta O.o
ResponderEliminarUn relato realmente genial.
Besos ^^
Muchas gracias Ana, me alegro que te haya gustado, saludos!!! :)
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