viernes, 2 de agosto de 2013

A través de mis ojos, Angye Sin Más

Ilustración, Angye Sin Más

 
Sumida en un profundo sueño, no puedo dejar de tener horribles pesadillas noche tras noche, me despierto asustada, envuelta en sudor, temblorosa, aterrorizada…, parece todo tan real, en mis “sueños” siempre aparecen las mismas personas, con las vestiduras ensangrentadas, me rodean, se acercan a mí amenazantes.., intento mirar sus rostros y cual es mi sorpresa?, ¡no tienen ojos! ...Pero mi sensación es que me miran fijamente, siempre repiten la misma frase:

-“Tú eres la que nos ha traído hasta aquí…”

Esas son sus únicas palabras, intento hablar con ellos pero me es imposible, no me sale la voz, es como si algo me dejara inmóvil y no pudiera hacer nada, es una sensación horrible.

Cada día me da más miedo que llegue la noche, es temor a quedar dormida, pero al mismo tiempo pienso que son tonterías, pesadillas tontas que se tienen, así que llegó la hora de meterse en la cama e intentar descansar.

Como era de suponer otra noche acompañada por las mismas “personas”, la misma situación, el mismo lugar, pero hay una novedad…, la frase que me repiten ha cambiado un poco, lo que todavía me hace ponerme más nerviosa.

-“Tú eres la que nos ha traído hasta aquí y lo vas a pagar caro…, darás por nosotros algo muy valioso para ti…”

De repente despierto gracias a la alarma de mi radio despertador, no quiero pensar en nada, simplemente me doy mi ducha diaria, cojo mis cosas y salgo para el trabajo, me noto realmente nerviosa, pero esto no puede afectar a mi vida real, al fin y al cabo, sólo son unas pesadillas tontas como las que puede tener cualquier persona.

El día transcurre bien, hago mi jornada y es la hora de regresar a casa, ya son las 10 de la noche, voy caminando hasta la parada del bus que cojo todos los días, parece que hoy está tardando un poquito en llegar, estoy en un barrio no muy concurrido y ya empieza a anochecer…, menos mal que se acercan dos personas para coger el mismo bus, eso hace que me relaje un poco, les saludo con educación:

-Hola, buenas noches.

Ninguno de ellos me responde, que antipáticos!!!, son unas personas un poco extrañas, noto como me miran de arriba abajo, me empiezo a sentir un poco incómoda…, al final parece ser que deciden hablar…

-“Tú nos has traído hasta aquí…”

No dejo que terminen la frase, simplemente les miro aterrorizada, levanto mi mirada y lo que veo solo me hace pensar en escapar, correr hacia no sé donde…, van vestidos con ropas negras antiguas, y su rostro es lo que me hace sentir un escalofrío por todo el cuerpo. ¡Carecen de ojos!

Pienso.., ¿me estaré volviendo loca?, ¿será todo producto de mi imaginación?, me siento realmente asustada, salgo despavorida y me meto en un garito que veo tratando de ponerme a salvo, me acerco a la barra para pedir una botella de agua y tratar de relajarme un poco…, se acerca el camarero y es como si no me escuchara, solo me sonríe de una forma rara, su cara no me es desconocida, así que le pregunto si nos conocemos de algo…, su respuesta me deja paralizada:

-“Claro que nos conocemos, te conozco yo, y todos los clientes que están aquí acompañándonos…”

Rápidamente me doy la vuelta y veo un gran número de personas riendo a carcajadas y repitiendo una y otra vez las mismas palabras a la vez. ¡La frase maldita!

No puedo más, siento que me ahogo, mi mente bloqueada, lo único que veo que puedo hacer es volver a salir corriendo y buscar la ayuda de alguien, así que no pierdo más tiempo y salgo del bar a toda prisa, ya es de noche, pero algo me tranquiliza un poco…, por lo general éste barrio es muy solitario pero hoy parece ser que a la gente le ha dado por salir a la calle a pasear y airearse un poco…, ya me siento mejor, todo parece volver a la normalidad.

Me meto entre la multitud tratando de resguardarme y encontrar un momento de tranquilidad, pensar que mi imaginación me ha jugado una mala pasada y ya está…, pero hay un momento en el que noto algo raro, la gente empieza a acercarse a mí y rodearme de una forma un tanto extraña, intento seguir mi camino pero hacen un cerco para impedir que salga de allí, comienzo a ponerme muy nerviosa de nuevo, intento escapar pero me es imposible, así que decido quedarme quieta, miro a mi alrededor y, ¿qué es lo que ven mis ojos?, no puede ser, si todo esto es una broma es de muy mal gusto.

Todas esas personas van vestidas igual, se mueven de la misma forma, y por desgracia todas tienen la misma voz que susurra una frase…

-“Tú nos has traído hasta aquí y llegó la hora de que te unas a nosotros, solamente hay una regla que te ayudaremos a cumplir, por fin podremos ver todos unidos la realidad a través de tus ojos…”

No entiendo nada, intento preguntarles y que me den respuestas, pero quedo paralizada y soy incapaz de hacer nada…, se acercan a mí cada vez más, uno de ellos camina delante de todos los demás, lo tengo solo a un metro de distancia, me doy cuenta de que en su mano lleva una especie de cuchillo pequeño, los demás, solamente repiten esa puta frase una vez tras otra…, 

¿Pero, qué es lo que quieren de mí? ¿Qué van a hacer conmigo? ¡Esto es una locura!

De nada sirven mis lamentos, de repente noto como alguien me estira del cabello, es la persona que tiene esa pequeña arma blanca con la que casi me está rozando los párpados, me sonríe, y sin más pérdida de tiempo siento un gran dolor, caigo desvanecida en medio de la calle, no recuerdo nada más.
Hoy es un nuevo día, despierto como siempre y creo que todo ha sido una pesadilla de tantas…, pero intento abrir mis ojos y no puedo, no vea nada, me asusto y miro de incorporarme de la cama, noto una mano que me empuja para no dejar que me mueva, pero... ¿Quién es ésta persona?, no es el olor de mi habitación, más bien diría yo que es el aroma característico de un hospital, una clínica…

-¿Dónde estoy? ¿Qué me pasa? ¿Quién es usted?

La persona que me acompaña decide hablar…

-Estás en un hospital, todo ha sido real, has sufrido un pequeño accidente, a partir de ahora no podrás volver a ver jamás, tus ojos ya no forman parte de ti…, ahora forman parte de todos nosotros, tú nos trajiste a través de tus sueños y ahora vivirás en nuestro mundo donde una mirada vale más que cualquier palabra, aprenderás a vivir sin ellos…

2 comentarios:

  1. Me ha dejado los pelos de punta O.o
    Un relato realmente genial.

    Besos ^^

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  2. Muchas gracias Ana, me alegro que te haya gustado, saludos!!! :)

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